Siendo parte del grupo Torre Fuerte recibió el premio Dove al mejor grupo internacional en 1995 y como productor fue nominado en los álbumes “El virus del Milenio” producido para Melodie Joy, por la producción realizada para Federico Colloca por “Dance el ritmo” y “Me inundas” producción para Rodrigo Espinoza, además del un premio como Productor del Año en los Premios Arpa.
Además, fue nominado al Grammy Latino por el disco: “El amor tiene un valor” de Ileana Garcés
En algunos estilos de música, la melodía es lo que más importa. Con otros, es la armonía. Pero para la música Latina, nada es más importante que el ritmo, y ningún miembro de un grupo musical es más importante que el baterista. Es el baterista quien inspira al grupo, quien invita al público a bailar, y construye la tensión que encuentra su descarga final en una explosión de pasión y energía. En la música Latina, el ritmo no es una ecuación matemática que encuentra su expresión en ritmos y descansos. En cambio, es la esencia de la vida misma, el corazón palpitando sus sueños más tiernos y las emociones más profundas. Esta es la razón por la cual el público de la música Latina le tenga tanto aprecio al baterista, y el porqué pocos bateristas son tan respetados como Álvaro López, considerado por muchos críticos como uno de los mejores bateristas del mundo.
Álvaro López no ha construido su éxito de la noche a la mañana. A una edad muy temprana, debutó profesionalmente en el Teatro Degollado en la ciudad de Guadalajara, México. Cuando tenía 14 años, fue llamado para acompañar a Emmanuel, uno de los cantautores contemporáneos más célebres de México. Como resultado de su desempeño, Álvaro acompañó en giras y grabó con otros artistas famosos como José José, Marco Antonio Muñiz, Lucero, Daniela Romo, Yuri, Amanda Miguel, Juan Gabriel, Pedro Vargas y Menudo.
En 1987, Álvaro anduvo de gira por todo el hemisferio occidental con Luis Miguel, quien es actualmente una de las estrellas más famosas de la música pop en Latinoamérica. El éxito eventualmente lo abrumó, y en medio de su fama mundial y fortuna, su vida personal se colapsó al punto de intentar suicidarse. A medida que se recuperaba de sus heridas autoinfligidas, compañeros músicos (los hermanos Hermosillo) lo guiaron al Señor. Álvaro dejó todo atrás para comprometer su vida y talentos enteramente a Cristo.
Poco tiempo después de su salvación, Álvaro y sus dos mejores amigos de la banda de Luis Miguel -Heriberto y Héctor Hermosillo- formaron un grupo cristiano llamado Torre Fuerte, el cual realizó giras por toda Latinoamérica y los Estados Unidos, llevando un mensaje de fe, esperanza y amor.
En 1997, Álvaro abandonó Torre Fuerte y su singular visión musical eventualmente evolucionó en Álvaro López y Res-Q Band. El grupo grabó tres producciones en español para One Voice Records: Por Amor, Sueños y Alabanza Viva.
El nombre del grupo, Res-Q Band, resume el nuevo propósito en la vida de Álvaro. Él recuerda haber sido inspirado durante una devoción previa a un concierto. “Sentí la convicción de que el Señor quería revelarme algo. Estaba empezando a perder mi centro. El éxito y la fama estaban comenzando a ocupar mis pensamientos como lo habían hecho en mi vida pasada. Dios me mostró claramente que me había rescatado de todo eso, y me dio la visión para Res-Q Band. Mi misión es ahora reflejada en el nombre de mi grupo: quiero rescatar almas de la muerte para el Reino de Dios”.
Nadie conoce mejor que Álvaro López cuán fácil es ganar el mundo entero pero perder el alma.
Actualmente vive en Ciudad Juárez con su esposa y niños y su pasión por el poder de la percusión no ha disminuido en absoluto. Dedica su tiempo completo a producir música y descubrir nuevos talentos, e invita a sus oyentes a la salvación que hay en Cristo Jesús, para que el ritmo reverbere por la eternidad.
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